mayo 28, 2010

Mujeres comunes o diosas educadas como mujeres

  
Me desperté esta mañana pensando que iba a publicar en este blog. Me vino a la mente y a manera de "s'tatequieto" las imágenes crudas de damas tan finas como "la Lora", "La Laura Bozo", La irresistible "maestra Elba", la impecable señora de pocos arrebatos como "la Chapoy";  damas discretas como "la niurka de Q. Roo" etc, etc,
No dudo que en lo privado y familiar su comportamiento sea distinto y apacible, pero el esquema público las convierte en otra cosa.
Imagínense por un momento que pasan por un desafortunado momento en que una de sus hijas se encuentra sujeta a un juicio y que de repente la frivolidad y el rating barato de masas y de gente los envuelve en entrevistas y un talk show digno de cualquier país bananero, las hace caer en manos de "una entrevistadora" de pocas pulgas,  y hay que exponer las miserias de lo que te sucede y que no sabes como dejarlo en el terreno de lo privado. 
Uff, que cosas! diría mi abuela...
Mejor alabemos a la mujer seria, discreta, iluminada como miles y miles existen en este país.  Aquí mi reflexión:

QUE MUJER ME GUSTA?

Tanto se ha escrito sobre la mujer; infinidad de poemas. Infinidad de alabanzas.

Muchas melodías con letras sugestivas y evocadoras. Mucha tinta, mucho pensamiento.

Que gusta de una mujer?... Que nos gusta?, que me gusta?

La mujer que me gusta debe ser femenina, de gráciles andares y delicados meneos.

Que porte un bello atuendo y un frágil bolso que le impida verse como desnuda.

La mujer que me gusta debe ser de voz agraciada, de chispa bendita, de humor ingenuo.

Por sus labios deben de salir palabras adornadas de flores y aromas exquisitos.

La mujer que me gusta debe alabar el sonido de una melodía y los acentos y énfasis de la lectura medida.

La mujer que me gusta debe ser genuina, que obvie el pensamiento de la belleza y que aunque bella sea, no desdibuje su persona siendo esclava de la moda y de la orgánica gula.

Debe de entender el viento y matizar la lluvia y convertirlas y aprisionarlas en una bella prosa.

La mujer que me gusta debe visualizar la armonía de la simple vida y convertirla en algo exquisito que evoque los ángeles y arcángeles.

La mujer que me gusta debe tener brillo en sus ojos que inviten a creer que siempre está enamorada, que siempre ha estado correspondida y que ha tenido una vida plena. Que no le deba nada a la vida y que no vive las vidas de otros o el pasado tormentoso de sus ancestros.

La mujer que me gusta, es eso, simplemente una mujer portadora de la vida, de las bendiciones bellas, de la risa que alimenta el alma, del amor convertido en cuerpo con un alma inmensa e imperecedera.

La mujer que me gusta es aquella que a si misma se gusta y sin alimentar vanidades va por el mundo sembrando vida, amor, amistades y admiraciones.