abril 30, 2010

Inventario de mi mismo


He de haber puesto cara de Elba Esther -la que todos conocen-  al ver esta frase y tratar de imaginar cómo poder proceder a  “hacerme un auto inventario”
Como le hago?, Inventario de qué?  De mis muelas y dientes?, de mis cabellos, de mis dedos perfectos?. No se me ocurría nada.
En fín, pensé, (si, de vez en cuando pienso, mis atentos lectores en Plutón…..) me voy a ir por el lado de “la esencia y del ser”… Uff, Cuanta profundidad!..  como dijera un buzo extraviado.


-¿Que tengo en inventario y cuáles son mis activos?, ¿qué es lo que cuenta en esta vida como un almacén donde los logros se guardan, se mantienen y se contabilizan?
-Tengo un alma, inquilina de un cuerpo, algo desvencijado, con algunos raspones, con algunas reparaciones, pero al fin y a cabo un buen cuerpo donde el alma, mi alma, reposa y agradece  todo lo recorrido.
- Mi alma es mi principal activo, cada día más espiritual y más bullanguera en los agradecimientos diarios al Creador y Su Universo.
-Tengo una conciencia; en ocasiones llena de ceniza, en ocasiones llena de la bella claridad de un nuevo día, pero siempre en expansión y dueña de su propio Yo.
-Tengo inteligencia, no aquella de la que se presume y con la  que se pretende ser un sabio, sino de aquella que me hace apreciar diversos dones, convertirlos en frases y regresarlos al universo.
-Tengo infinidad de percepciones, todas ellas con buena rotación; me permiten ver el mundo, lo palpable de la vida y las frases entre líneas que la cotidianidad nos procura.
-Tengo una caja con infinidad de agradecimientos. Recordatorios de amor por mis amores de familia y por mis semejantes.
- En mi espalda tengo un ala, sí, un ala. Y he completado mi par con el ala de mi pareja. Así algún día ya volaremos alto, muy alto...
- Tengo mis sentidos que me permiten percibir a través del alma las bondades de la naturaleza, del Poder Supremo.
-Tengo de nuevo mi infancia, este es un buen activo. He renacido y soy niño, soy bebé, soy abuelo;
-Tengo esperanza, muchas cajas conteniéndola pues es muy grande y no se acaba.
-Tengo amor, recibo más de lo que puedo dar, pero sigo aprendiendo; al final de cuentas para eso estoy aquí, para aprender a dar y así crecer y tratar de  trascender.

Por diseño divino somos creadores, y es nuestro derecho por nacimiento – y, en verdad, nuestra directriz- ejercer gozosamente el poder del Universo!  (Jean Slatter)